Federer, campeón de Wimbledon desde el 2003 a la fecha, es el indiscutido rey de la hierba, mientras que Nadal ha ganado las dos últimas versiones de Roland Garros y es el indiscutido dominador de las canchas de polvo de ladrillo. Así, los dos máximos exponentes del circuito ATP podrán enfrentarse en sus superficies predilectas.
El partido se disputará al mejor de tres sets, con cambios de lado en los juegos impares. Los tenistas tendrán que cambiarse de zapatillas en cada descanso en los sets y diseñar la estrategia para golpear la bola desde una superficie de tierra a otra de hierba, y viceversa.
El sui generis experimento, obra de la agencia Del Campo Saatchi & Saatchi y que cuenta con el patrocinio del gobierno de las Islas Baleares, ayudará a dilucidar una de las discusiones más antiguas del tenis, sobre las comparaciones entre los mejores sin dejar de ponderar sus superficies preferidas.
La última exhibición entre Federer y Nadal se llevó a cabo en agosto pasado, en una cancha montada en una calle de Manhathan, en Nueva York.
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